¡Mátenme porque me muero!

What is life about...?

-¿Ya te vas?... ¿Tan temprano?

-Tengo llamado a las 8, corazón, no me puedo quedar en la cama todo el día... Aunque tú sabes que nada me gustaría más...

-Pero... ¡No vayas! Estoy de visita, ¿para qué vas? ¿Qué caso tiene? Sales de arbusto 3. Nadie se va a dar cuenta de que faltaste un día.

-¡Ay, Aldo! ¡Qué poder tienes sobre mí! Si no fuera tan responsable, te haría caso y me volvería a acurrucar aquí contigo...

-Pues no seas tan responsable... ¡Nubia! ¡Espérate! ¡No te vayas! ¡No me dejes solo! ¡Déjame las llaves!

-No puedo, no tengo más que un juego. Cuando te salgas dile al portero que cierre. Te espero a cenar. ¡Chaíto!

Desperté muy sobresaltado. No era la primera vez que soñaba con Nubia y su recámara de seda color turquesa. Deseaba a esa mujer como a pocas cosas en el mundo, pero todo se quedaba en eso, sueños de borracho y nada más. Estoy seguro de que estos hijos de puta le pusieron algo a mi bebida. ¡Malditos violadores! ¿Quién me manda a meterme en esta cueva de musafires? ¿Cómo pude quedarme a dormir aquí? ¡Qué asco, hasta las cobijas apestan a mota!

Por lo menos no me robaron el celular. Diez llamadas perdidas de Clementina. ¡Sufre, perra! ¿Querías pasar más tiempo con tu hijo, no?... ¡Concedido! Pero conmigo ya no cuentes. Es muy claro que siempre tendré las de perder frente a él. Y me alegro. La verdad ya me estaba cansando de escuchar la misma cantaleta todos los días. ¡Mira que aguantarte todo tu sabático! Voy que vuelo para santo.

Ciudad Universitaria está desierta en estos días. El olor de la yerba y de la tierra mojadas se combina con el hedor de las heces caninas. A veces me dan ganas de comprar un perro para tener el gusto y el derecho de matarlo. Necesito un lugar para pasar los próximos días. un sitio seguro y confortable donde Clementina no pueda encontrarme. ¡Si mi sueño con Nubia se hiciera realidad, esta noche tendría una cita para cenar con ella! ¡Oh, cruel Morfeo, cómo disfrutas el darme atole con el dedo!

-Porque tanto amó Dios al mundo, que mandó a su hijo unigénito para la salvación de los hombres.

-¿Tú también? ¿Perteneces a la dichosa liga?

-¿Cuál liga, tú?

-¡La liga jacobina! Esa es la contraseña para identificarse como miembro.

-¿A poco? No sabía. De cualquier forma, gracias por el dato... No sé de qué me pueda servir, pero gracias.

-¿Qué haces aquí a estas horas?

-No sabía que ya habían empezado las vacaciones.

-¿En qué mundo vives, mujer?

-Venía a preguntar por lo de la maestría. ¿No sabes nada?

-Ni idea, tú.

-¿Ya la terminaste?

-No. De hecho la dejé. Trabajar en Filológicas es una monserga. Definitivamente no es para mí.

-Pero la puedes seguir por tu cuenta, ¿no?

-¿Para ser un don nadie? No, gracias. ¿Qué chiste tiene? Yo estaba haciendo la maestría para colarme a las grandes ligas de la facultad, pero eso se acabó. Se me cerraron las puertas definitivamente.

-¿Y eso? No me digas que ya no estás dando tu clase.

-Pues entérate. Los medievalistas han tomado la facultad. Todo mundo que es quiere ser lingüista o filólogo. Esto es peor que el diluvio universal. Son una plaga, lo están invadiendo todo. Además, no quise ceder a las insinuaciones del nuevo coordinador de Hispánicas. Y ya sabes que eso significa destierro.

-¿Se atrevió a hacerte proposiciones?

-No quisiera hablar de eso. Es un poco incómodo. Hablar de ese hombre erosiona mi masculinidad... Dejémoslo en que estoy fuera y ahora no sé qué hacer con mi vida. Tú estás igual, ¿no?

-Estoy trabajando en una editorial. Me dieron permiso para venir. Ahora me odio porque desperdicié un permiso.

-Tú siempre te odias. Desde que te conozco no haces otra cosa que odiarte.

-Ahora me odio más que nunca. Trabajo para el mismo diablo. No te imaginas lo que es esa mujer. No hay palabras que le hagan justicia.

-¿En qué editorial trabajas?

-¡Trabajo en la editorial católica!

-¡Shut your ass!... Hace un año mandé una novela ahí. Iba más que recomendada pero corrieron al editor-amigo de Clementina y todo se fue al carajo. ¿Y si me ayudas a hacer la lucha ahí? Necesito publicar algo porque si no no me becan. Ya me urge la beca. Me quiero largar de aquí cuanto antes.

-Hasta donde supe estabas en el Fonca, ¿no? Tenías la de Jóvenes Creadores.

-Para no hacerte el cuento largo. Clementina estaba en el jurado. Alegaron conflicto de intereses porque saben que estoy viviendo con ella... Se creen muy astutos. Lo bueno es que los amigos de Clementina ya regresaron a la grande. Me consiguieron un puesto en publicaciones pero me pagan una miseria. Ya sabes. Todo mundo quiere que empiece desde abajo. Tarde o temprano voy a renunciar. Yo siempre renuncio. De hecho, si me preguntas a qué me dedico yo te contestaría que a renunciar... Voy a ver qué puedo hacer por ti. Seguro te consigo algo mejor que esa mugrosa editorial católica.

-Si quieres, pero a mí ya nada me ilusiona. Ya lo sabes... Mejor debiera morir... Ayúdame a morir, Aldo. ¡Mátame!... ¡Ándale, ¿sí?! ¿Qué te cuesta? ¿Qué es una muerta para un tipo como tú?

-¡Déjame en paz, maldita loca! ¿Por qué no te matas tú?

-¡No tengo el valor!

-Y ¿qué te hace pensar que yo sí?

-Eres un degenerado, Aldo. Tú ya estás más allá del bien y del mal. Te dedicas a fornicar con ancianas.

-No fornico con ancianas. ¿Qué clase de pendeja eres? Clementina no es una anciana.

-Da igual. Reconócelo. Eres el Charlie Harper versión geriátrica. Todo mundo te conoce como El Geriatra.

-Lo sé... Y puedes estar segura de que me vengaré del autor de ese infundio.

-¡Yo soy la culpable! ¡Yo lo propagué! ¡No tengas piedad! ¡Anda, acaba con mis días!

-Eres demasiado noble para divulgar algo así.

-¡Uy, no me conoces! No soy noble para nada. Soy basura. ¡Mátame!

-No lo decía como un cumplido... Lo decía en el sentido nitzcheano del término.

-¿Lo ves? Soy mierda. ¡Bórrame de la faz de la tierra!

-¡Bórrate tú y deja de moler!

-Tú que andas por esos caminos de la noche y de la perdición, ¿no conoces a algún psicótico que quiera asesinarme sin cobrar?... Aunque a estas alturas creo que hasta pagaría para que me enfríen. Lo malo es que no tengo dinero y le debo a hacienda.

-Es una mierda, ¿no es cierto?... Conozco a un tipo medio loco, pero no creo que se quiera encargar de ti. Me han contado que su principal placer consiste en que la víctima tenga múltiples razones para vivir. Darte en la madre no tendría ningún chiste, la verdad.

-Si sabes de alguien me avisas. O mejor ni me avises. Nada más dile donde vivo y que quiero morir.

-Sabes, no tengo idea de dónde vives. Ni me acuerdo de tu nombre... pero ¿no dices que trabajas para el diablo? ¿Por qué no simplemente le entregas tu alma a Satana y que ella te diga cómo hacer?

-Todo menos morir a manos de esa puta loca. Ya tengo bastante con que se haya metido en mi mente. Temo que si ella me matara mi suplicio no tendría fin. Yo quiero una liberación barroca, ¿entiendes? Abandonar para siempre la cárcel del cuerpo. ¡No tienes idea de cómo odio mi cuerpo!

-Me lo imagino, pero no sufras. Tarde o temprano te toparás con tu Jack el Destripador. ¿Has pensado en volverte prostituta y morderles los huevos a los clientes?

-Eso les excita. ¡Cerdos!

-Tienes razón. Tendrías más suerte si tuvieras un pene y les echaras en cara que se están cogiendo a un puto. Así, seguro de menos te parten la madre. Irías a un hospital del ISSSTE y tú sabes lo que dicen.... en esos lugares todo puede pasar.

-¡Ya estuvo bueno de chacota! ¡Estoy hablando totalmente en serio! Quiero morir, y si tú no me ayudas, tendré que seguir buscando quien me la haga buena.

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